martes, 27 de diciembre de 2011

CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO

Esta vez me he ausentado más de lo que me gustaría. Mis primeros meses como autónoma consumen casi todo mi tiempo. Son muchas las cosas que preparar, los conceptos que repasar e imprevistos que solucionar. 


Ahora, antes de ir a cenar, he pensado en un verso de este poema: 



He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hasta mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano.
Y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos,
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Dora Castellanos

La semana pasada no aparecí por aquí, tenía mucho jaleo en el trabajo y fue imposible. Hoy ya he conseguido solucionar algunas cosas imprescindibles, así que os traigo un poema de Dora Castellanos recogido en el libro Breviario de los Sentidos. 

          No me niegues tu cuerpo de tibias melodías,
          caramillo de sones nunca jamás oídos. 
          Dualidad repetida de flautas y violines
          donde he bebibo a veces la música del vino. 


          Dame tus manos largas como diez puntas de múrice. 
          Tus fuertes manos ebrias de tacto y de sonidos. 
          Con dedos de abrojines erectos, descubriendo
          los sonidos telúricos, los ecos submarinos. 


          Un día ellas tuvieron toda la mansedumbre, 
          toda la rebeldía de mi cuerpo tendido
          y, sabias como son, supieron encontrar
          los compases más hondos, los más altos registros. 


          El doble pentagrama de tus ojos oscuros
          cantaron sus miradas de resplendores fijos, 
          con sus dos notas hondas, repetidas constantes, 
          cerrando sobre mí sus estrechos anillos. 


          ¡Oh tu cuerpo de música! El atril de tus piernas. 
          En ellas te levantas, violoncelo magnífico
          y formas una orquesta de versos y palabras, 
          de entrecortados sones, de inaudibles gemidos. 


          Estás hecho de música como un coro de ángeles.
          Concierto. Sinfonía. Arpegio. Nota. Silbo. 
          Navegas entre músicas de la tierra y el cielo. 
         Eres entre mis brazos, la música tú mismo. 


                                                                          Dora Castellanos. 


Más sobre Dora Castellanos: http://amediavoz.com/castellanosDora.htm


Elegí el poema porque me gustó y porque me pareció encontrar cierta relación con el verso final de "Crin Hirsuta" -"Solo el amor engendra melodías"-.

jueves, 1 de diciembre de 2011

CRIN HIRSUTA

Entre álgebra, fracciones, el 711, el imperio bizantino, Present Simple and Continuous, fonemas, monemas,...no hay mucho tiempo para encontrar el poema de la semana. 

Hoy no he hecho yo los deberes, se los he copiado a mi preparadora de oposiciones (como ocurrió con el cuento de Benedetti), que hace poco nos entregó este poema de José Martí: 

¿Que como crin hirsuta de espantado
Caballo que en los troncos secos mira
Garras y dientes de tremendo lobo,
Mi destrozado verso se levanta...?
Sí; ¡pero se levanta!  —a la manera
Como cuando el puñal se hunde en el cuello
De la res, sube al cielo hilo de sangre:—
Sólo el amor engendra melodías.