Hace tiempo empecé una serie de entradas para explicar mi relación con las redes sociales. Creo que ya es hora de terminar con la entrada de hoy, en la que hablaré sobre Facebook.
Podéis ver las anteriores aquí:
Mis reticencias para usar Facebook eran mayores que para usar Twitter. Ya he dicho que cuando todo el mundo me repite que tengo que utilizar X, ver X o leer X, no sé por qué, se me quitan las ganas de hacerlo. Además, Facebook no me parecía más que otro Hi5 o Netlog, si los dos me aburrían, no le encontraba ningún sentido a abrirme una cuenta en Facebook.
Mi cuenta en Facebook se abrió por obligación, en el curso mencionado en el que nació este blog. Me puse un nombre falso y pensaba borrar la cuenta al terminar. Aquí tengo que poner una nota: las cuentas de Facebook...¡no se pueden borrar! (algo de lo que me enteré el otro día y no me gustó nada).
Terminé el curso y no usé la cuenta durante un tiempo. En Navidades tuve una cena con antiguos compañeros del colegio. Nos hicimos un montón de fotos que, por su tamaño, sería una lata enviar por correo. Así que accedí a usar esa cuenta perdida para unirme al grupo de mi colegio y subir las fotos. Desde entonces me he quedado. Eso sí, uso unos apellidos falsos para evitar que gente que no quiero me pida amistad y pueda cotillear mi vida. Solamente he buscado a mis amigos con los que quiero compartirla. No tengo nada que ocultar pero todos tenemos una foto que un amigo cuelga y te etiqueta y, aunque no esté haciendo nada malo, no me apetece que, por ejemplo, mis alumnos de clases particulares la vean (y me preguntaban un número de veces exagerado: "¿Tienes FB, tienes Tuenti? ¿Tienes FB, tienes Tuenti?")
También tengo todo mi perfil con acceso limitado exclusivamente a mis contactos. Me sorprende mucho la gente que no configura la privacidad y deja que cualquier persona del mundo vea sus fotos, lea su muro...no sé, para mí la privacidad es algo muy importante. No me apetece que un desconocido vea cosas que considero que pertenecen a mi intimidad.
Mi opinión sobre Facebook:
a) Sigo teniendo una opinión en cierto modo negativa respecto al uso que mucha gente (sobre todo adolescente) hacen de Facebook, persiguiendo aumentar su número de amigos para aparentar ser muy popular, contando a todo el mundo cada paso que dan en su vida. Sinceramente, aunque ahora lo uso bastante y mis primeros días pensaba "bueno, pues no está tan mal", no acaba de convencerme al 100%.
b) He de reconocer que tiene cosas buenas. Puedes estar en contacto con gente que vive lejos y que, de otra forma, sería más difícil (aunque esta dificultad se deba a que, por FB, la gente ha dejado de escribir correos, de usar el MSN-como es su tiempo dejaron de escribir cartas, de usar tanto el teléfono...-). Seleccionando un poco las cosas que se publican (y sobre todo a tus contactos), no tienes por qué ver comprometida tu intimidad. Una cosa que me gusta bastante son los grupos privados. Con varios contactos tenemos un grupo privado de opositores en el que nos ayudamos, compartimos dudas..., con mis amigas también tengo un grupo privado en que nos contamos qué tal nos va (algunas viven lejos), organizamos cenas, quedadas,...Los juegos me parecen entretenidos. Los eventos te permiten enterarte de actos que a lo mejor de otra forma pasaban desapercibidos...
Sé que también se usa bastante para buscar trabajo. Yo he decidido usar cada red para una cosa y para temas más "serios" (como la búsqueda de empleo) utilizo Twitter y para las amistades y pasatiempos utilizo Facebook.
Todas estas entradas recogen únicamente mi opinión, que no digo que sea mejor que otra ni que sea lo que se debe hacer. Simplemente es mi visión, lo que yo hago y lo que creo que funciona en mi caso. A lo mejor, alguien que piensa como yo pensaba antes de unirme a las redes sociales, descubre algún uso que le parece interesante y que desconocía, al igual que me ocurrió a mí.
Con esta entrada doy por finalizada mi serie sobre las redes sociales. Si algún día cambio de opinión, la continuaré, de momento podemos decir...
THE END.
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