sábado, 27 de octubre de 2012

¿No es hora de cambiar?

Debido a mi trabajo estoy conociendo cada día más de cerca el sistema educativo. Para bien o para mal (en mi opinión más lo primero que lo segundo), muchas veces en las academias nos encontramos con niños con dificultades (de ahí que necesiten un profesor particular). Está claro que no siempre es así, tengo alumnos que solo vienen como refuerzo, como ayuda para organizarse...pero que realmente, no tienen ninguna dificultad para aprender por ellos mismos. Pero hay otros que sí. Y nuestra lucha constante es conseguir que esos niños aprendan, que no pierdan el ritmo y, sobre todo, que no se sientan frustrados, porque eso es lo que muchas veces les pasa. Se frustran, se desmotivan y...¿quién quiere dedicar horas de su vida a algo que no solo no le interesa, es que además le hace sentirse inferior a los demás?

Creo que nunca he sido partidaria de hacer una separación comunmente conocida como entre "tontos" y "listos" porque para mí, ningún alumno es "tonto" o "listo" porque sí. En la mayoría de las ocasiones considero que lo que ocurre es que tienen ritmos de aprendizaje y de maduración diferentes y, puede que no siempre pero sí muchas veces, es nuestro sistema educativo lo que acaba por convertirlos en "tontos" o "listos" desde el momento en que no paramos de compararlos con los demás, "Fíjate, tiene X años y todavía no hace tal cosa", simplemente porque hay un currículo que dice que con X años el niño tiene que hacer esto, aquello y lo de más allá. No nos paramos a pensar que a lo mejor no hace tal cosa pero que hace esta otra (avanzada para su edad) mejor que cualquier otro. No nos paramos a pensar que no debería ser tan problemático que con X años no hiciera tal cosa porque eso no significa que nunca lo vaya a hacer, simplemente necesita más tiempo, más motivación, o falla algo en la base que necesita para poder hacer tal cosa y, en cuanto lo aprenda, lo hará tan bien o mejor que cualquier otro. Pero desde el sistema educativo, desde su familia, al niño le transmiten que algo falla en él porque no hace eso que se supone que ya debería saber hacer. Y empieza a arrastrar eso desde pequeño. Después, en el siguiente curso, tiene que hacer algo basado en eso que no aprendió a hacer correctamente en el momento que, supuestamente, debería haber aprendido a hacerlo. Y así vamos montando piezas y piezas encima de una base que no es la que creemos que deberia ser. Y, claro, tarde o temprano la torre se tambalea. 

Y lo mismo opino de niños que tienen la capacidad de hacer cosas realmente alucinantes en ciertos ámbitos pero que, como con X años tienes que aprender A, B, C, no consideramos que ese niño necesita (sí, digo necesita) aprender D, E, F...el resultado es el mismo, el niño se aburre y se desmotiva.

En ambos casos estamos desaprovechando su talento. 

Os dejo un vídeo muy interesante que trata un poco sobre este tema. Podemos estar de acuerdo o no pero, al menos, nos hará pensar. Por lo menos yo no dejo de darle vueltas a algo que ya rondaba mi cabeza desde hace tiempo: ¿realmente debe ser el año de nacimiento el criterio para separar a los niños por cursos? Es que además, no es solo la edad, es que dentro de un mismo año, sobre todo en infantil, primaria...la diferencia entre un niño de enero y un niño de diciembre puede ser considerable...no sé...lo debatía con una compañera el otro día y ella decía que lo que yo planteaba le parecía casi imposible de conseguir, que se necesita un criterio para separar por cursos. Yo me sigo preguntando: ¿es realmente la edad un buen criterio?, ¿es realmente imposible hacerlo de otra forma?

Disfrutad y, sobre todo, pensad en ello:



viernes, 26 de octubre de 2012

¿Qué hay de nuevo?

Hace unos meses mi vida cambió bastante. Pasé una página, más bien un capítulo entero y empecé, con el papel en blanco, a escribir un nuevo capítulo de mi vida: nueva casa, nuevo estado, nuevas situaciones, nuevas amistades (y también renovación de viejas amistades, de esas con las que vas perdiendo el contacto pero que sabes que siempre están ahí)...

Olvidé un poco el blog porque, en cierto modo, pertenecía a esa etapa pasada y me daba pereza volver a él. Incluso pensé en empezar con uno nuevo. 

Hoy estoy aquí, dispuesta a sacar de vez en cuando un ratito -muchas veces complicado con tantas cosas entre manos (trabajo, inglés, no abandonar las oposiciones, salir bastante más que antes...) para retomarlo.

Nos vemos pronto.