jueves, 28 de febrero de 2013

Seguir escribiendo nuestro libro.

Sin tiempo para casi nada, como ya estoy acostumbrada. Trabajo (del que apenas consigo desconectar porque al ser un negocio propio y estar la economía de nuestro país como está, todo el día mi cabeza da vueltas para ver qué actividades nuevas puedo organizar, como puedo mejorar en las que ya tenemos,...), gimnasio (nueva aficción que recomiendo totalmente, a la que me estoy viciando por completo y que sí que me ayuda a desconectar, el rato del gym, no pienso en nada más y sales sintiéndote muy bien), piso (en el que paso tan poco tiempo que está siempre patas arriba) y, fines de semana (que los aprovecho todo lo que puedo saliendo con los amigos porque ya estuve un año encerrada con estudios y trabajos los fines de semana y me he dado cuenta de que la vida social también es necesaria).

Así que como resultado, algunas cosas las tengo algo abandonadas, es lo que ocurre con el blog. 


Como ya he contado otras veces, hace cosa de un año hubo un importante cambio en mi vida. Hoy estoy muy feliz, no tarde demasiado en pasar página y mi vida ahora, aunque algo estresante, tiene muchas risas y cosas buenas.

Tengo una amiga que está pasando en estos momentos por la misma situación que pasé yo hace un año y a ella le está costando bastante más superar el dolor de los primeros días, aunque por otra parte dice que se sorprende a ella misma al verse una fuerza que no sabía tener y ganas de empezar una nueva vida, con proyectos e ilusiones. Y es que supongo que todos los seres humanos somos bastante más fuertes de lo que a veces creemos pero no nos damos cuenta hasta que necesitamos darnos cuentas.

Los que tengáis Facebook, posiblemente ya hayáis leído el texto de la imagen que comparto. A mí me llegó a través de ahí y hoy lo pongo aquí, pensando en esa amiga, porque creo que en situaciones así, pasar página en el libro de nuestra vida, es fundamental. Cualquier lector sabrá que los libros tienen capítulos felices y tristes, unos que nos entretienen y otros que nos aburren, pero, siempre que no sea el final, a cada página le sigue una nueva. Y, como lector de un libro, aunque podamos imaginar qué ocurrirá después, la vida, como los libros, a veces nos tienen preparadas muy buenas sorpresas. Por eso mi consejo es no estancarse, afrontar los problemas, aceptar de la mejor manera posible lo que nos toca vivir y, seguir escribiendo capítulos de nuestra vida, seguir escribiendo nuestro libro. 








¡Hasta la próxima!